LA SERIEDAD A MEDIA LUNA

 

 

Ayer me dormí pensando en la luna, recordaba que desde niña me encantaba verla llena, así redonda, majestuosa, expresando su belleza y frialdad.

 

Iba rumbo a casa tras una cena un tanto atropellada, recosté mi rostro en aquel vidrio medio húmedo del taxi que cogí a medio centro… ¿llueve fuerte verdad? La voz aguda de un taxista ya cansado. Si, afirmé entre susurros, mientras sonaba en el carro la voz de amanda Miguel cantándome al oído, él me mintió… él me dijo que me amaba y no era verdad… mentira todo era mentira…(8)

 

Pensé por un momento que las gotas de la lluvia que se deslizaban por aquella fría ventana se confundirían en cualquier instante con mis lágrimas. De pronto, suspiré fuertemente, y la voz cansada del taxista se volvió hacia mí diciendo. ¿Cómo es que el desamor nos afecta a todos verdad?

 

Dejé un par de segundos en silencio, y no emití ningún sonido, si hablaba era casi certero que lloraría. Y pues, es que ese día regresaba del trabajo un día después de que se marchara de la casa, la emoción, las ganas de amar y la ilusión de la familia ideal.

 

Un año después, tomé un taxi en la misma zona, la escena parecía repetirse, tarde fría, lluviosa, nostálgica y con muchos tonos de melancolía… esta vez en el radio del carro sonaba Ana Gabriel y su canciónmagestuosa… Luna, tú que lo vez, dile, cuanto es que lo extraño….. (8)

 

Tomé postura y me senté diciendo… puchis, ¿parece que la lluvia se lleva y se trae a la luna verdad?

 

Encontré de respuesta una sonrisa a medias, y una respuesta ya avejentada… así es seño, pero cuando la lluvia ya se llevó a la luna, es que uno puede estar tranquilo, porque el corazón ya está en paz.

Sonreí…. Y pensé, hay cada filósofo en cada taxi.      

 

Pero hablamos por más de una hora con aquel taxista, del amor, del desamor y de las nuevas ilusiones.

Faltando unas cuadras para llegar a casa, pensé… este loco taxista tiene razón, la única forma de saber que el dolor se transformó, es disfrutando la lluvia y amando no solo la luna llena, porque es placentera también la seriedad y la media luna.