martes, 19 de julio de 2016

SÍ, MARRAKECH ES LA VENTANA


 

Pero… ¿qué pasa con las puertas?

 

El 30 de septiembre próximo entra en vigencia a nivel internacional el tratado de Marrakech, y tiene por objeto que las personas ciegas, de baja visión y con otras dificultades para acceder al texto impreso se nos garantice el derecho a la lectura. Este tratado fue iniciado por personas ciegas, que tuvieron una participación excepcional en la conferencia diplomática en la Organización mundial de la propiedad intelectual (OMPI) en 2013, emprendiendo la campaña “derecho a leer” que cada organización de base, tomó suya para que hoy 20 Estados lo ratificaran, y a su entrada en vigencia sin duda alguna cambiará la vida de las personas con discapacidad de todo el mundo.    

 

Un dato interesante, es conocer que de los 20 países que forman hasta hoy parte de Marrakech, diez son latinoamericanos, y ello solo demuestra la importancia que tiene para esta región acceder a la lectura en textos accesibles, considerando que del total de la literatura, únicamente el 2% está disponible en formatos adaptados para que una persona con discapacidad pueda leerlos.

De los diez países latinoamericanos, dos son centroamericanos, Guatemala y El salvador, y precisamos referirnos al caso que más nos interesa.

 

Guatemala infiere la existencia de dos millones de personas con discapacidad, dato que se estima tras el estudio realizado por la Organización mundial de la salud en 2011. No obstante, la Encuesta nacional en discapacidad (ENDIS) de 2005 refiere que existen ciento diez mil personas ciegas, notorio es que no existen datos sobre personas con baja visión, y acá encontramos nuestro primer desafío, considerando, que los formatos accesibles de un documento varían según la condición de discapacidad.

  

Marrakech es un tratado de derechos humanos con enfoque comercial, que nos abre la ventana hacia la accesibilidad en la lectura, sustentando de esta manera lo dispuesto en la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (CDPD) en los artículos 9, el derecho a la accesibilidad; 21, derecho a la información y 30, derecho a la vida cultural; además, nos permite el aterrizaje del objetivo cuatro “educación inclusiva” de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS).

 

Digamos pues, que la comunidad internacional nos está dando instrumentos, empero, es necesario volcarlo al plano nacional, haciendo hincapié en nuestra realidad, considerando que la ENDIS nos dicta que el 50.3% de las personas con discapacidad son analfabetas, y que únicamente el 10% acceden a la educación primaria. Cabe hacer mención, que no sabemos si son hombres o  mujeres, a que grupo étnico pertenecen, y por tanto, acá enfrentamos un desafío más. 

 

Pareciera que los datos de la ENDIS son trillados, porque hacemos siempre hincapié en ellos, y escasas veces hablamos de como minimizarlos, además debemos reparar en  que no hemos tomado en cuenta la desagregación de datos por género y etnicidad, y que ello, nos hace coparticipes de la invisibilización de dos problemáticas latentes, pues, es notoria la exclusión de las personas con discapacidad en general, y esta se agudiza en las niñas y mujeres con discapacidad, sin dejar de lado la grave situación de las niñas y mujeres que también pertenecen a comunidades indígenas, y entonces, encontramos nuestro tercer desafío. Este es un desafío que se debe tener bajo la lupa, porque Guatemala registra una población indígena del 41% en relación a su población en general, y precisamos saber cuánta de esta población vive en condición de discapacidad, además, no podemos seguir mostrando resistencia al abordaje de esta situación, porque desde la comunidad internacional se ha ubicado como prioritaria la situación de las personas indígenas con discapacidad,  discusión realizada en la reciente reunión del mecanismo de expertos sobre los derechos de los pueblos indígenas (EMRIP) y que en el examen que se le realizará a Guatemala en relación al cumplimiento de la CDPD se hace notoria referencia sobre los programas direccionados hacia las personas indígenas con discapacidad, focalizando la situación de las niñas y mujeres, y para los guatemaltecos que vivimos en condición de discapacidad, esto es una oportunidad, porque se ubica a nivel nacional  la situación interseccional de dos comunidades marginadas históricamente.

 

Entonces… nos toca entender, que los instrumentos internacionales como la CDPD, los ODS y el tratado de Marrakech entre otros, hay que interrelacionarlos, porque son complementarios, y hoy representan nuestras ventanas, y la apertura de las puertas de la inclusión, depende del Estado guatemalteco y la estricta vigilancia de las personas con discapacidad y las organizaciones que nos representan, considerando que:

 

La meta 19 del ODS 17 establece la importancia de contar con indicadores, y el Estado de Guatemala se ha comprometido a cumplir con esta meta para 2030, y desde ya, las personas con discapacidad y las organizaciones que nos representan, debemos actuar en el cumplimiento de ello, exigiendo que las dependencias públicas (incluyendo nuestra institucionalidad) segregue datos por condición de discapacidad, género y grupos indígenas, y de tal cuenta, se enfoquen programas específicos que coadyuven a que las personas con discapacidad no nos quedemos atrás, atrás de ningún programa, ninguna acción y  que no nos quedemos atrás en  ninguna política ni ningún presupuesto.

 

De ahora en adelante, no podemos desconectar ninguno de nuestros instrumentos internacionales, porque para hacer de Marrakech una realidad tangible para las personas con discapacidad de Guatemala, es necesario pensar en las distintas condiciones y situaciones de nuestro colectivo, y tener presente los instrumentos internacionales para armonizar nuestra legislación, que concretamente para el acceso a la lectura, se ocupa la reforma de la ley de derechos de autor y derechos conexos, además de establecer alianzas entre la única institución no gubernamental que reproduce material accesible como lo es el Comité pro ciegos y sordos con  las editoriales nacionales,  teniendo presente, que Estado y organizaciones de personas con discapacidad son coalición perfecta para garantizar el cumplimiento de  los derechos de las personas con discapacidad ya negociados en la comunidad internacional.

 

Con Marrakech alcanzamos el cumplimiento de los derechos establecidos en la CDPD que ya hemos citado, asimismo, nos permite conectar con la agenda 2030 y los ODS y como producto de esta interrelación acceder al derecho a la lectura y con ello, minimizar los datos de analfabetismo, la poca inclusión educativa a nivel de educación primaria que es importante, como tan importante es poder acceder a la lectura por nuestro derecho a la cultura.

jueves, 14 de julio de 2016


 

La historia de Frida Kahlo siempre me ha cautivado, es toda una guerrera, rompe esquemas, esconde sigilosamente su desquicio, potencialmente su arrogancia y lleva a plenitud sus ganas por vivir cada instante de la vida al límite. Del amor, siempre fue una entregada, burda y tierna, belleza y fealdad, pero dotada de astucia e inteligencia.

 

Y las dos Fridas, es mi obra favorita de tan fascinante artista. Me cautiva el poder trasmitido por esas dos mujeres con corazones enormes y tomadas de la mano. ¿Serán dos o una? …esta mística dualidad es lo que le da encanto y fuerza a la obra, y claro que sí, porque una jamás es la misma después de un gran amor, al menos es lo que he aprendido.   

 

Y vamos pues, Frida me respalda, los amores en la vida causan eso, una guerra nuclear, que igual ilumina como fulmina nuestra alma. Y es tal cual, un campo de batalla, por un lado la mujer con el corazón roto, que continúa amando con cada uno de sus trozos, con tanta o más fuerza de cuando lo tiene íntegro. Es el reflejo de la valiente mujer que se dio permiso de sentir, de sentir a cabalidad el amor y el desamor, sonrió con la dicha y lloró con la desilusión, sí, esa mujer que vive su propio apocalipsis.

 

Pero en el otro campo de batalla está la mujer completa, herida, sangrante pero fuerte, digna y repuesta, guardando un lugar en su corazón para aquel individuo que alguna vez fue el aire en su alma. Sus ojos reflejan paz, ternura, fortaleza y me inyectan tal cual espíritu de certeza, el autoestima integra, fortalecida, sus ojos fulminantes gritan que lo amó, que le agradece la mujer que construyó, que él permanece y permanecerá, pero ocupando el lugar que corresponde, de ese pasado que aprendió a amar, tal cual quedó, que no se engaña más, que él existió, existe y existirá, pero que ella es completa y está segura de continuar, y camina, con cicatrices, con agradecimiento y amándose cada día más. Esa Frida grita, que se siente segura, que se ama y está dispuesta a volver amar.

 

Y es que no se es la misma cuando se sobrevive a un gran amor, y sí, sobrevivir, porque perder un gran amor, es lo más cercano que he estado de morir, pero estoy agradecida, pasé de ser la Frida Blanca, de ser un lienzo puro, y sí, con tintes de sentir, pero blanca, sin dolor.

 

Hoy puedo decir que sobreviví, sobreviví aquella muerte que me dejó la noche que te fuiste, esa noche en la que me dijiste que ya no me amabas, esa noche fue en la que mi Frida blanca empezó a morir. Recuerdo haber visto el piso cerámico tratando de hacer sentido de esas palabras. Y las escenas de tiempos felices y juntos pasaron por mi cabeza sin misericordia. Recordé cuando nos conocimos. Recordé cuántas veces nos amamos. Y cuánto nos herimos. Y las mil formas en las que nos dejamos. Mucho tiempo ha pasado desde entonces.

 

La blanca murió. Y hoy soy color. Soy color a pesar del cielo gris en el fondo. Soy vibrante color sin filtro ni medida que no se destiñe con ninguna lluvia. Color.

Qué, qué me pasó? Me preguntas. Vos, vos me pasaste. Y te lo agradezco. Te lo agradezco siempre".

El diálogo se detuvo, y la Frida y Kahlo sonrieron en complicidad, y es que no hay nada mejor que dos mujeres tomadas de la mano, tomadas de la experiencia, tomadas del amor, sentidas por la soledad y el desamor, y es que cuando esas dos se fusionan, sonríe un nuevo amanecer, sí, un amanecer de primavera, un amanecer de amor, y se aman y aman sin reservas.  

 

       

miércoles, 13 de julio de 2016

CENTRO Y CONTORNO


Hoy me desperté con dilemas, a eso de media mañana sonreí, pero minutos después, entendí, que solemos estar siempre en manos de alguien, y que nos puede impulsar, o lanzar al vacío.

Sigo creyendo que no somos tan centro, ni estamos al contorno, el amor, la vida, los sucesos, el trabajo y todo lo demás, siempre, siempre tendrán que verse y leerse desde el centro y el contorno.

 

Beso al aire Cuervo, pues tus letras alivian el alma,

Dan refugio a los dilemas necesarios, innecesarios,

justos e injustos. Dilemas que crecen, que profundizan,

dilemas que muchas veces cercenan.

 

Centro y contorno

 

Puede que cierto día sienta uno un cosquilleo,

Una inquietud, una separación, un remordimiento,

Un descuadre entre lo que se tiene adentro,

Y lo que el exterior permite que mostremos.

 

Puede que cierto día se piense sólo en recuerdos,

Se actúe sin tener en cuenta ya los deseos,

Se camine con pies cansados en caminos ajenos,

Se mire por mirar todo lo que va sucediendo.

 

Puede que cierto día uno no comprenda ya al silencio,

La soledad se trueque en agobios y en desaciertos,

La voz aturdida hable ya sin ningún nervio,

Lo que somos se evapore por reflejarnos en múltiples espejos.

 

Puede que cierto día del instinto ya sólo quede mansos restos,

del orgullo ideales desgarrados por intentar tapar demasiados agujeros,

de la pasión un sueño vago entre noches llenas de desvelos,

de la fuerza simples palabras amoratadas por no parar de protegernos.

 

Puede que cierto día uno no deje ya de compararse,

de igualar esencias distintas y luego comprobar el desgaste,

de forzar las apariencias para ocultar lo que realmente se hace,

de estar sin estar para más tarde autoarrinconarse.

 

Puede que cierto día la parte sucumba al todo,

lo que antes era iniciativa ahora se vuelque en saco roto,

las relaciones se conviertan en excusas para no estar solos,

entre el tú y el yo el segundo sea el que muera poco a poco.

 

Y puede que cierto día uno se canse ya de todo esto,

contemple en la medida justa sus defectos y excesos,

interiorice que “el mal ajeno” es una consecuencia de ellos,

lo que me afecta del otro es el afecto que yo mismo me niego.

 

Y puede que cierto día uno aprenda a controlar sus sentimientos,

elija su estado de ánimo sin depender continuamente de terceros,

seleccione lugares, personas, situaciones, reglas del juego,

y aprenda a gritar sin vacilar: es aquí donde yo me quedo.

 

Y puede que cierto día uno no tema más al miedo,

lo que cuente de algo es el simple hecho de conseguir hacerlo,

lo que queda al final es la imagen de este último intento,

y el contorno se estrecha a medida que uno expande el centro.